Tantra para mujeres es una invitación a explorar la consciencia de ser mujer, comprender qué es eso de “nuestra esencia femenina”, cómo está en nosotras en este momento, y abrir más espacio para poder encarnarla y gozarla realmente si no está siendo así.

A menudo la mujer vive muy centrada en su energía masculina (dirección, acción) o en una versión insana de esta energía, dejándose caer en control, la represión y la exigencia de ser productiva y eficiente en el mundo, y se olvida de su esencia femenina, receptiva, amorosa y creativa. Y esto a la mujer le resta libertad y le duele, pues se pierde de su verdadero centro y su verdadera esencia: el corazón y el amor. Pero cuando hablo de amor no hablo de romanticismo, ¡el amor no es una emoción! Es un estado de ser que te conecta con una profunda confianza en ti y en el fluir de la vida. Por eso para la mujer es fundamental reconectar con esa esencia y vivir centrada en el corazón.

También le ocurre a menudo a la mujer que se pierde en las emociones, en las heridas que ha cargado por el trato con la energía masculina (proveniente de hombres y mujeres) a lo largo de la vida y a través del linaje familiar, y eso le cierra el corazón e incluso puede llevarle a confundir el amor con las emociones y relacionarse desde el miedo y la codependencia. Por eso es importante comprender la diferencia entre amor y “anhelos románticos”, y hacerse cargo de esa verdad para poder ser libre y amar con libertad.

Y a menudo también le pasa a la mujer que no tiene sensibilidad en sus pechos, o en su vagina, o pierde el interés por el sexo, o le cuesta sentir placer, o lo controla, o muchas otras cosas que le impiden expandir su energía desde el sexo al corazón y sentir el gozo expansivo, el orgasmo que alcanza a todo el cuerpo y que puede experimentar sola o en compañía.

Es a través de conocer nuestro cuerpo y sus distintas energías que alcanzamos un profundo amor y respeto hacia nosotras mismas, y desde ahí una gran libertad y plenitud en todas las áreas de nuestra vida. Por eso, conociendo y experimentando nuestra energía femenina y nuestro masculino interior, ambos pueden destilar su esencia  y fundirse dentro de nosotras para sentirnos completas y abrirnos, si queremos, al masculino exterior a la vez que gozamos de nuestra esencia y respetamos nuestra verdad en cada momento.

Y con todo esto, la propuesta es emprender un viaje a través de meditaciones y ejercicios individuales, en pareja y en grupo, para habitar nuestro cuerpo femenino, explorando y comprendiendo nuestra polaridad energética, dejando marchar las memorias y dolores si los hay (siempre cada una a su propio ritmo y siendo respetada en sus límites), y abriendo el corazón para que el amor se pueda extender a todas las células. Y celebrar. Celebrar que somos amor. Y así desde el corazón celebrar la vida entera, con todos sus colores y sabores, porque sabemos que ese estado es nuestra raíz, nuestro centro, y ese amor nos sostiene y nutre, nos expande y nos hace brillar con toda nuestra luz, incluso en los momentos de más dolor