Tantra es un camino desde el cuál puedes experimentarte a ti mismo uniendo dentro de ti tu consciencia y tu energía. Esto significa ser capaz de observar aquello que sucede dentro de ti a la vez que lo estás viviendo, que permites que esa energía se exprese sin reprimirla y sin perderte en ella.

Tantra es estar. Es ser. Tantra es descubrir la sabiduría de tu propio cuerpo, porque muchas veces estamos tanto en la cabeza que no permitimos que nuestro cuerpo “viva”, y acumulamos emociones y vivencias pasadas que nos acorazan y nos bloquean, cuando si lo permitiéramos, el cuerpo sabe cómo encontrar el camino para estar otra vez fluido y relajado. Tantra nos recuerda cómo volver a esto, cómo abrir espacio y dejar que se despliegue la belleza del cuerpo, su naturaleza tan increíble, y poder amarla. Con todo lo mundano, pues Tantra no reprime ni rechaza lo corporal, Tantra lo observa y lo acoge. Tantra lo conecta al corazón. Une tu pasión con tu compasión, por eso se dice que es una enseñanza espiritual, porque lo conecta todo, todas las partes de ti. Pues tenemos cuerpo físico, instintos, emociones, sentimientos y una mente identificada a un yo, y a la vez somos alma, amor, vacío, la nada, la totalidad. Y todo eso, está y estará, y Tantra te propone observar y experimentar todo lo que hay en ti desde tu propia consciencia y el amor de tu corazón.

Pero como Tantra no rechaza el sexo, a menudo se utiliza esta palabra en contextos que nada tienen que ver. Por eso quiero hablar también de lo que NO es tantra. Tantra NO es un manual de cómo ser el/la mejor amante, de hecho, de las 112 meditaciones del Vighyan Bhairav Tantra solo 6 son sexuales. Tantra NO es pornografía. Tantra NO es una excusa para vivir tu sexualidad de forma inconsciente y desenfrenada, y Tantra NO es un eufemismo para denominar actividades dentro de la prostitución, aunque a veces utilicen esta palabra. Tantra nada tiene que ver con todo eso.

Tantra observa y acoge el sexo como observa y acoge todas las energías y partes de ti, con inocencia y verdad, con la naturalidad del cuerpo, que no sabe de juicios o moralidad. Y después Tantra te recuerda que puedes conectar esa gran energía vital que te ha creado, con la energía del corazón, de forma que puedes fundirte, y experimentarte en totalidad. Disolverte. Tantra nos recuerda que también somos ESO, ese misterio del que todo proviene. Y esto lo puedes experimentar contigo. Es tu propio camino. Tantra te enseña primero a relacionarte contigo, a comprender y observar tus emociones, tu psique y todas las formas en las que tu energía vital se mueve por tu cuerpo, para después poder escucharte y mantenerte centrad@ y respetándote a ti mismo mientras te relacionas con los demás.

Tantra es un viaje, para mi así lo está siendo, un viaje maravilloso que ha ampliado mi capacidad de sentir, de aceptar la vida tal y como ES, me ha hecho comprender mucho acerca de este cuerpo y esta psique que van conmigo, me ha descubierto un enorme gozo y totalidad y también me ha descubierto que puedo sentir y sostener un gran dolor sin juzgarme ni desconectarme de mi. Y cada día me va abriendo más y más espacio en el cuerpo y en el corazón. Por eso, diría que Tantra es una puerta y un camino para conectar contigo y aprender a mantenerte en esa escucha mientras experimentas, te relacionas, gozas, y, en definitiva, mientras vives con más profundidad, amor y consciencia a cada paso.